sábado, 24 de noviembre de 2007

Conversaciones con un Guerrero Itinerante

La noche estaba bien entrada, se sucedía una conversación muy fluída, pero a la vez airada. Rodeado de mujeres, ya bastante habitual en mi vida, comenzamos a discutir temas universales, suturas que no acaban de cerrar y que nos asestan de vez en cuando un ligero pinchazo, recordando que resisten, por lo tanto persisten. Todos queremos expresarnos a la vez, tenemos muchas cosas que contar. Hacía tiempo que no nos veíamos, y la excusa de un cumpleaños, nos conllevó a una nueva e interesante reunión de amigos.

Una de las amigas, empezó a sentirse intrigada por su futuro, con lo cual acabamos avocados en una visionaria echada de cartas que nos prestó amablemente una de las camareras del bar. Con premura, preguntaba y preguntaba, con cierta desazón, acerca de su futuro más próximo con su pareja. Miriam, que así se llamaba el oráculo y conductora de esa velada mágica, comenzó a descifrar sus inquietudes y mostrando de manera palpable el devenir de aquella mujer. El convivir con un gerrero itinerante no es nada fácil, pero a la vez muy apasionante.

Sin armadura aparente ni pertrechado con espada alguna, de repente y sigiloso, como a él le gusta, el guerrero apareció, con lo que la conversación se tiñó de un color púrpura intenso y un rojo pasional que embriagó el ambiente.

Comenzó a comentar su devenir por las montañas del Tibet, hablamos de la calidad humana y nuestra evolución espiritual respecto con aquellos lares. La fuerza del guerrero transmite entereza y decisión, más aún cuando has estado en la línea de infantería, cuando has sido gladiador, el primero que te enfrentas de cara al enemigo de verdad, que sientes el aliento del odio y del perdón. Cuando una persona ha visto los ojos de otro guerrero, de alguien con mucha fortaleza, o la belleza y majestuosidad de una montaña de más de 8.000 metros, aprendes a conocer de verdad la especie humana, sus más profundos secretos y belleza interna. Empiezas a conocerte a ti mismo, por tanto reconoces el Universo. Lo positivo y lo negativo van de la mano, la muerte y la vida, algo tan presente en su pensamiento, que resulta como un resorte para tener la energía suficiente en este devenir que es la vida. EL guerrero necesita continuos nuevos retos, otra prueba de que todavía está vivo. Cuando no exista una nueva batalla, el guerrero habrá muerto, pero renacerá otro hombre ávido de disfrutar de su descanso en un remanso de paz.

No hay comentarios: