viernes, 22 de febrero de 2008

Humildes, pero no modestos

La mejor cualidad de la humildad es no subestimarse. Efectivamente nadie es más que un granito de arena, pero es un hecho de grandes dimensiones, pues todo flujo se genera por la interconexión de pequeños elementos y sus energías, nada ni nadie es grande por si sólo, es la interacción y la sinergia lo que añade valor a cualquier cosa. La vida es una Misión, y ésta se conforma a partir de misiones participadas hasta el detalle más pequeño. Sin esa interrelación no tiene sentido ningún macro concepto, ni siquiera el Universo. Todo lo realmente esencial que pasa en nuestras vidas se rige por procesos y leyes naturales, aunque nosotros lo ignoremos y diverjamos de ellos. Los principios-y no los valores- deben fundamentar cualquier organización a cualquier nivel, el personal, familiar, laboral o social. El valor nace a partir de esa alineación, y, por ende, los beneficios.

Por eso, si nos alineamos con la misión más general y universal, todos somos los actores del equilibrio universal y de la armonía, desde lo personal y concreto hasta los más amplio y universal. Desde la partícula subatómica más ínfima hasta las galaxias del Universo más lejano. Y esa armonía la podemos alcanzar si nos conocemos interiormente en nuestra esencia para comprendernos y amarnos, y trasladar ese amor a todo nuestro entorno, sin prejuicios ni miedos que nos lleven a centrarnos en vivir a base de juicios de valor con lo que nos rodea. Atención, entendimiento, dejar fluir a nuestro alrededor y amar lo que conforma la trama de la vida, su interacción y todos sus actores.

No tengo más energía, coraje o valor que tú, ni que nadie. El potencial es exactamente el mismo en su esencia. Coge ese potencial y ponte a la acción, con atención, confianza y amor. Todo lo demás sucederá por el fluir armónico y la sincronicidad, las casualidades no existen, nuestras intenciones y pensamientos van creando y conformando nuestro mundo. Solamente así se materializará la efectividad total. La efectividad es la mejor referencia para contar con las personas. La eficiencia dejémosla para los balances financieros y los memorandos de gestión material. La perfección generará frustración y la frustración genera involución.

La vida no es un camino, es una misión cuyo instrumento operativo es AMAR. Estas cuatro letras son las iniciales de nuestra potencialidad, y nosotros somos en esencia potencialidad pura y espíritu puro. Sólo tenemos que descubrirlo y tener conciencia de ello.
A: ambición (no resignarse)
M: motivación (propósito firme)
A: acción (gobierno de nuestras vidas, decisión)
R: resultados (nuestro carácter, nuestro destino, nuestras relaciones)