miércoles, 3 de noviembre de 2010

Nuestra mente....

La mente sana repercute muy positivamente en la salud del cuerpo. Normalmente es mayor la influencia de la mente sobre el cuerpo, al que domina, y no al revés, aunque en algunos casos y situaciones la influencia del cuerpo puede ser muy apreciable.

Cuando hablamos de “mente”, nos solemos referir a la capacidad intelectual y emocional que nos permite pensar, razonar, imaginar, intuir, controlar nuestra conducta, nuestras funciones básicas, emociones... No hay una definición totalmente consensuada sobre qué es la mente ni cuáles son sus límites. ¿Están sus funciones circunscritas dentro del sistema nervioso central con el cerebro como máximo jerarca?

¿Puede nuestro sistema nervioso, además de contener nuestra información interna, captar, procesar y emitir información que no está contenida en el cuerpo, sino fuera? ¿Es posible que además de estos procesos biológicos existan factores más “sutiles” que son canalizados por otros sistemas energéticos, como pueden ser los “chakras”, influyendo también en el comportamiento mental?

Éstas y otras muchas preguntas no tienen aún respuesta definitiva, pero estamos más cerca de superar las antiguas dicotomías cuerpo/mente, materia/espíritu o las teorías monistas, vislumbrando nuevas concepciones holísticas y energéticas que nos llevan más allá de los límites físicos actuales. El desarrollo tecnológico y la física cuántica, están empezando a transformar antiguas creencias místicas en fenómenos explicables y controlables, del mismo modo que se está comenzando a corroborar científicamente la eficacia de ciertas técnicas bioenergéticas, como la acupuntura, homeopatía, meditación, reiki...


Estos conocimientos nos permitirán llegar a utilizar más eficientemente algunas de las facultades mentales y energéticas que poseemos pero que tenemos infrautilizadas. Mientras esto va llegando, podemos comenzar cuidando mejor nuestra mente, porque a través de ella mejoraremos nuestra salud y nuestra vida.

¿Hay algo más representativo de la mente que el propio cerebro? Independientemente de las múltiples teorías que podemos hallar, lo cierto es que por diversas razones el cerebro se constituye en el cuadro de mando principal de nuestro organismo y nuestro pensamiento.

Conociendo y cuidando este órgano vital, potenciándolo activamente, estaremos en condiciones de obtener mayores beneficios a corto, medio y largo plazo. No solamente a nivel neurológico y orgánico, sino también a nivel cognitivo, emocional y afectivo. Podremos enfrentarnos mucho mejor a las inevitables dificultades y obstáculos que la vida nos presenta. Incluso podremos sentirnos ser más felices.

El cerebro se divide en dos hemisferios complementarios. El izquierdo está especializado en el control y ejecución de la habilidad lingüística, numérica y pensamiento lógico-analítico, mientras que el derecho rige las habilidades espaciales complejas, el pensamiento intuitivo, la imaginación, la percepción de sensaciones, o patrones de ejecución artística y musical.

Es habitual que cada persona utilice más un hemisferio que otro. Por eso, realizar actividades que estimulen el hemisferio menos utilizado, con el fin de equilibrarlos, permite conseguir una mayor eficiencia general. No cabe duda que las personas que estudian constantemente tienen mejor salud mental.

Para potenciar el hemisferio izquierdo es bueno leer diarios, revistas, libros, que además de estimular la lectura con información nueva, ayudan a pensar y reflexionar más eficazmente.

Comentar noticias, editoriales o algunos temas leídos, sirve para mejorar la expresión de las ideas y el lenguaje. Estudiar, aprender un idioma, o realizar juegos de mesa, sudokus o crucigramas, ayudan a mantener ágiles éstas facultades y mantener la concentración.

Por su parte, el hemisferio derecho puede potenciarse aprendiendo o escuchando música, que es una gran estimuladora cerebral y energética, leer libros que incentiven la imaginación, ver obras teatrales, películas, interesarse por el arte. Estas actividades son positivas para estimular el pensamiento libre, creativo e intuitivo. Incluso las meditaciones, rezos, pensamientos espirituales, actividades caritativas o solidarias, han demostrado en investigaciones científicas, que activan ciertas zonas cerebrales.
Fuente: José Guillén

1 comentario:

Unknown dijo...

Excelente artículo!!! Mil Gracias por compartirlo Amigo del Alma.
An'anasha
Abrazos en Luz
Violeta