domingo, 17 de enero de 2010

verdades cuestionables

Prácticamente a diario me encuentro alumnos o amigos que postulan realidades que consideran "incuestionables". Ciertos dogmas económicos, culturales, políticos, cuando los cuestionan, piensan que eres una persona poco versada en el tema y quien eres tú para cuestionar una idea o verdad que lleva tanto tiempo aceptada. Pues bien, ese es verdaderamente el principio de la democracia: Que existan personas que sean capaces de cuestionarse a sí mismas, relativizar su rol en la sociedad y qué representan ante los demás. Porque precisamente en el acto de revisión individual y colectivo de TODO: religiones, democracias, monarquías, instituciones, habéis leído bien, TODO...es una forma muy sana de evolucionar. Si el agua no fluye y se renueva, al final se pudre. Es lo que sucede con los sistemas económicos, políticos, con las democracias, con las monarquías, con las dictaduras genéricas. En este mundo todavía hay gente e instituciones que no aceptan que se les cuestione como si fueran "semidioses con la verdad absoluta". Hay gente que está tan convencida, que cuando tratas de evaluar o comentar algo sobre ellos, por ejemplo la monarquía, se lanzan sobre ti como si fueras un hereje. Ahora entiendo la quema en las hogueras de algunas personas que se atrevían a cuestionar lo incuestionable.

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