domingo, 2 de noviembre de 2008

La Paciencia

"Una demora no es una negación". La paciencia es una virtud que no poseen muchas personas. Tenemos muy poca dificultad en identificar lo que queremos y lo que necesitamos. El problema viene cuando esperamos que eso se manifieste. Nos ponemos nerviosos, dudosos, incluso temerosos, cuando no vemos que lo bueno viene hacia nosotros tan pronto como pensábamos que lo haría. A veces hasta nos permitimos creer que alguien o algo puede detenernos o hacer que lo bueno no venga. Nos preocupamos, nos quejamos y a veces hasta perdemos la esperanza. No podemos ver que nosotros mismos nos ponemos obstáculos. Nos olvidamos del ritmo universal del desarrollo de las cosas y del orden divino. Puede ser que no nos demos cuenta de la forma en que nuestras dudas, miedos y pensamientos negativos sacan de raíz las semillas positivas que sembramos. Sencillamente no entendemos que tenemos ese deseo gracias a que existe la posibilidad de que se cumpla. Debemos entender la virtud de la paciencia porque cada vez que abrimos el horno, corremos el riesgo de hacer que se eche a perder una buena torta (pastel). "Yo tengo todo el tiempo del universo" Siempre tenemos algún deseo y queremos que se haga realidad. Pero no sabemos esperar a que todo llegue en el momento justo, ni antes ni después. Nos invade la ansiedad, el apuro, y cuando aquello que deseamos no llega, o se demora pensamos que algo no deja que se haga realidad, o sentimos que la vida quiere castigarnos negándonos aquello que anhelamos, o que una fuerza poderosa y negativa aleja de nosotros el bien y obstaculiza nuestra vida. Tenemos el camino, en el horizonte brilla aquello que deseamos y nosotros corremos para tratar de alcanzarlo. Pero mientras lo hacemos ponemos en el sendero todo lo que es negativo. Entonces en ese apuro tropezamos y tropezamos y cuando al fin nuestro deseo se hace realidad nos decimos que "todo nos cuesta tanto"... " que llegar a la meta fue tan sacrificado" y claro no es para menos, si en vez de ir caminando aceleramos el paso, si dejamos la paciencia olvidada en un costado del camino y encima envueltos en nuestra propia angustia en lugar de darle luz a nuestro deseo solo lo llenamos de miedo e incertidumbre.
Paciencia... Es necesario tener paciencia. Dejar que todo se cumpla y se realice en el momento adecuado. Tener fe y esperanza por sobre todo hace que nuestros deseos se llenen de energía positiva y nos anima a creer en que todo es posible y que así será.
Uno de los secretos de la felicidad es tratar de disfrutar del "bello presente", un bello regalo que pocas veces degustamos y apreciamos. Al final todo tiene su consecución, su devenir, por lo tanto dejemos de ofrecer "resistencia" al fluir de las cosas. Seguro que seremos más felices y la enfermedad del siglo XXI llamada estrés, desaparecerá, y por fin podremos tener tiempo para disfrutar de nuestra vida con los demás, que de eso se trata.